Desde que los estudiantes de Ciencias Políticas comenzaran sus reivindicaciones por el grado y la calidad de la titulación, la respuesta de Decanato y otras instancias ha sido siempre jugar la baza del Derecho Administrativo: formas y plazos.
Formas y plazos son útiles cuando el sistema funciona bien, y las demandas que reciben las instituciones de sus ciudadanos a través de un proceso establecido, son asimiladas y convertidas en algún tipo de respuesta eficaz o output.
Como los alumnos de ciencia política no son antisistema, por más que le rabie a algunos, la Asamblea de Estudiantes decidió desde el principio promover todos los procedimientos formales posibles para reclamar a este Decanato que trabaje a favor de Ciencias Políticas y no para dificultar las perspectivas profesionales de sus alumnos. De esta época datan los primeros intentos de reunión, escritos, votaciones y alegaciones en la Comisión de Grado, e incluso las últimas elecciones a delegado.
A pesar de que los alumnos imaginaban que sería inútil, su primerá opción fue agotar todos los procedimientos posibles para demandar a la Facultad de Derecho reformar el proyecto de grado y volcarse de nuevo con la titulación.
Predican plazos, pero atienden a presiones
La práctica ha demostrado lo que los alumnos de ciencias políticas conocen mucho mejor que los de derecho: más allá de lo que debe ser, está la realidad: que este Decanato funciona a base de presiones y que el Derecho Administrativo, los plazos y formas, son la herramienta en la que se amparan para sus objetivos politico-académicos.
– Cuando protestamos por las decisiones de la Comisión, nos remitieron al procedimiento (lo que debe ser): Ignoraron que una votación no puede ser legítima cuando sus mayores interesados (profesores, alumnos, gremio) están marginados del proceso o en clara desventaja (lo que es).
– Cuando les pedimos mejoras en las instalaciones, nos remitiron al vicedecanato (lo que debe ser?): Ignoran que como parte de la Facultad de Derecho, la Decana es nuestra mayor representante y quién tiene capacidad para velar por nuestros intereses de forma efectiva (lo que es).
– Cuando le pedimos que paralizaran el grado, nos remitieron al procedimiento y al vicedecano (lo que debe ser): “Ignoran” que vicedecanato recibía la propuesta que le llegaba de la Comisión de Grado y sólo añadía su consentimiento (lo que es).
– Cuando les hicimos caso y fuimos hablar con la Vicedecana y el Rector, nos emplazaron a una posible modificación ulterior del grado, una vez aprobado por la ANECA: ignoran que somos conscientes de lo irregular(?) de ese procedimiento y lo difícil de instarles más adelante a hacer algo a lo que se han negado siempre hasta ahora.
La estrategia real de decanato
Hoy en día, desde Decanato aún se amparan en ‘posibles procedimientos en marcha’ y otras artimañas* para enmascarar su estrategia político-académica:
Demorar al máximo la acción de los estudiantes con promesas de aire para presentar el grado como un hecho consumado.
Frente a eso, los estudiantes de Ciencias Políticas ponen en práctica lo que han aprehendido sobre participación política y procesos de cambio: campañas cuasi-profesionales como las de estos carteles:
* Entíendase por artimañas: atribuir al movimiento actitudes antisistema o ‘estar manipulados’ por intereses ajenos a los suyos.